Diseccionando ese mito según el cual la corporación puede ser un «ciudadano» racional o responsable, se demuestra que, en su forma presente, la corporación tiene licencia para matar, mutilar y robar en beneficio propio. La facultad de las corporaciones para dañar a las personas y al medio ambiente se construye desde el derecho y la política. La criminalidad es parte del ADN de las empresas modernas. Por eso, como argumentan los autores, la corporación no puede ser domesticada. La única solución disponible a este problema criminal es abolir los privilegios legales y políticos que permiten a la corporación actuar con impunidad.
Presentación en Zapateneo (13/11/2017) de «La Empresa Criminal: Por qué las corporaciones deben ser abolidas» a cargo de Cesar Manzanos y Daniel Jiménez

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