A finales de 2.015 Roche Farma anunció a los trabajadores su intención de deshacerse a nivel global de sus cuatro plantas de pequeñas moléculas siendo una de éstas la planta de producción de Leganés.

La empresa ofreció dos soluciones posibles:

(i) un cierre progresivo de la planta, iniciándose a finales de 2.016 y concluyendo en 2021;

(ii) sucesión de empresa, adaptando sus condiciones a la de un CMO (Centro de Producción por contrato para externalización de la producción). Según manifestó la empresa sólo habían sido capaces de encontrar una empresa interesada en su oferta (FAMAR).

En esta tesitura el Comité de Empresa formado por CCOO y UGT inició un periodo de consultas con la empresa para llegar a un acuerdo de modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Finalmente, el Comité presentó a votación un preacuerdo en el cual se pierden todos los derechos con el compromiso de no tocar los salarios y mantener durante tres años y medio unas elevadas indemnizaciones por despido. El Comité promete en aquel momento que si el acuerdo no satisface a la mayoría de la plantilla no saldrá adelante.

La votación llevada a cabo el 31 de marzo de 2016, en la cual votó todo el comité de planta incluido el director, termina en empate. A pesar de la gran oposición mostrada por los trabajadores consiguen repetir la votación al día siguiente, después de un escrito del director de Recursos Humanos, dirigido a toda la plantilla, advirtiendo de las consecuencias de no ratificar el acuerdo y una pequeña variación en el censo electoral,  esta vez sale adelante por un pequeño margen de 8 votos de un censo de 250.

El día 12 de abril de 2016, se firma el acuerdo de MSCT y comienza la negociación con FAMAR. Durante esta negociación los trabajadores alertan a la empresa de que FAMAR, pertenece al Grupo Griego MARINOPOULUS que se encuentra en concurso de acreedores.

El día 1 de julio de 2016, horas antes de la firma, ROCHE suspende la transferencia y se da un nuevo plazo hasta julio de 2017 para encontrar un posible comprador.

Ante todo este cúmulo de circunstancias y un Comité de Empresa que se encuentra claramente alineado con la Dirección, el día 4 de abril de 2017 un grupo de trabajadores afiliados a la CNT deciden en Asamblea constituir una Sección Sindical para plantar cara a la empresa, promoviendo la implicación, el apoyo mutuo y la acción directa contra los atropellos de los derechos de los trabajadores. Al día siguiente, se le hace entrega a la empresa del comunicado de la constitución de la Sección y de un escrito reivindicativo, además de solicitar una reunión con la Dirección para dar a conocer esta Sección y cuál será su línea de actuación.

 

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